Con más de dos décadas entregadas al baloncesto, he aprendido que este deporte no solo se juega… se siente. Para mí, cada entrenamiento, cada jugador y cada momento en la cancha son oportunidades para crecer, enseñar y transformar vidas. Mi filosofía nace de la certeza de que el baloncesto es una escuela de vida: un espacio donde el esfuerzo construye carácter y la pasión impulsa a ir siempre más allá.
Mi visión, formada a lo largo de más de 20 años de experiencia, afirma que la técnica puede perfeccionarse con disciplina, pero es el corazón el que realmente mueve al atleta, guía al equipo y deja huella en quienes la rodean.
Como Entrenadora de Baloncesto Nivel I, II y III, certificada por la Federación Nacional de Baloncesto de Guatemala, combino conocimiento, sensibilidad y liderazgo. Durante veinte años he llevado el nombre de Guatemala con orgullo como parte de la Selección Nacional de Baloncesto, representando al país con entrega y compromiso.
Hoy, continúo demostrando mi amor por el juego en el maxibaloncesto, compitiendo en la Liga Nacional y siendo campeona vigente, recordando que la pasión verdadera no envejece: se fortalece.
Mi historia es un testimonio de dedicación, amor por el deporte y una profunda convicción en el poder del baloncesto para inspirar y transformar.